Alberto Manzo López
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La digitalización de la educación no es un tema nuevo, ya que desde hace tiempo las instituciones han incorporado tecnología y procesos innovadores para complementar el método de enseñanza. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, se ha explorado la posibilidad que se vaya actualizando el método de enseñanza para las instituciones y así contribuir en el desarrollo de nuevo talento, más preparado para las actuales exigencias del mundo laboral, además de extender el aprendizaje a espacios fuera de las aulas de clases.

Todos los días podemos ver, incluso en las tareas más sencillas, el impacto de la tecnología en nuestra vida; la utilizamos para resolver cuestiones como elegir una ruta de transporte o consultar las últimas noticias. Sin embargo, la tecnología también ha cambiado la manera en que trabajamos y, sobre todo, en la que estudiamos. Las tecnologías actuales nos dan opciones que los profesores no tuvieron en su infancia, entre las que destacan crear conexiones en tiempo real con personas a distancia.

Si bien el 2020 fue todo un desafío para profesores, alumnos y padres el tener que acostumbrarse a este sistema educativo a distancia, todo parece indicar que el 2021 será igual. Es por eso que la forma de aprendizaje debería mejorar con la inclusión de tecnología, tanto en las clases como en los materiales de apoyo. De hecho, el llamado a las instituciones educacionales es a mantener una parte del plan de estudios en la modalidad online, incluso después de que haya terminado la pandemia. En el pasado, las clases online consistían en un profesor que se grababa a sí mismo dando una lección, donde luego los estudiantes consumían el recurso con interacción asincrónica, en el mejor de los casos. Hoy ese sistema está obsoleto, ya que el aprendizaje online rompió todos los límites de la creatividad, desarrollando un sistema educativo nunca antes visto.

Sabemos que actualmente pasamos por una crisis de educación a nivel mundial causada por la pandemia, esto ha causado grandes cambios que enfrenta la sociedad, las nociones tradicionales de la educación ya no son válidas. Ahora es necesaria una visión más adecuada para los universitarios, una educación que los ayude a convertirse en las personas que quieren y necesitan ser. Las nuevas modalidades de estudio implican un nuevo paradigma en el que niños y jóvenes dejan de ser receptores pasivos y repetidores de la información que se les trasmite y pasan a ser los protagonistas de las actividades.

Elementos para una educación digital efectiva

  • No es necesario proveer con dispositivos recientes y de última tecnología a los universitarios, tenemos que saber el uso y el impacto que tienen los equipos digitales en sus usuarios. Si se conoce esa información, se podrá mejorar la planeación de futuros programas de tecnología en las universidades.
  • El papel de los docentes sigue siendo fundamental en la era digital, no pueden ser reemplazados por plataformas o contenidos digitales. Por ello, debe fortalecerse su formación en la materia, sobre todo, tomando en cuenta que las habilidades digitales cambian constantemente y deben ser actualizadas. Además, los docentes deben considerar que no todos los alumnos tienen los mismos recursos para este tipo de educación. Ese cambio no lo lograrán los alumnos por sí mismos. Los docentes tienen que apoyar la transformación en la pedagogía, enfocada al estudiante como participante activo de su búsqueda del conocimiento.
  • Los métodos y la pedagogía que se utilizan para enseñar y aprender son fundamentales en esta nueva época, pues los usuarios deben acoplarse constantemente a nuevos dispositivos, software y aplicaciones.

¿Cómo podemos aprovechar la educación digital para nuestro aprendizaje?

  • Utilizando los recursos digitales. Seamos sinceros, antes de la pandemia no conocíamos las plataformas y herramientas que aprendimos a usar con las clases online. Herramientas como Google Classroom, Google Meet, Zoom etc. Estas herramientas nos permiten a los estudiantes tener experiencias educativas más interactivas y cercanas a la realidad en la modalidad presencial, el uso de herramientas tecnológicas motiva y hace que los jóvenes mantengan la atención más fácilmente, asimilando los contenidos con mayor rapidez. Con este tipo de herramientas hemos desarrollado habilidades de trabajo en equipo de forma colaborativa; fomentando la comunicación, la iniciativa, además de ser autosuficientes y resolutivos.
  • Investigando en fuentes confiables. Aprender a diferenciar entre información fidedigna de la falsa es más complejo de lo que parece. La instantaneidad de internet permite no sólo acceder a muchísima información, sino también a compartirla o subirla. Las fake news son pan de cada día y en muchas ocasiones puede llevar a errores a quienes buscan contenidos para resolver dudas. Nosotros como universitarios debemos saber encontrar recursos en bibliotecas de información confiables, accediendo a material de calidad y no utilizando información errónea que pueda perjudicar nuestro aprendizaje.
  • Creando recursos interactivos. Videos, podcasts, blogs, juegos o ejercicios que capten la atención de los estudiantes. Existen varios formatos que pueden ayudar tanto a los universitarios como a los profesores a llevar el aprendizaje a un siguiente nivel. De esta forma, los universitarios seremos capaces de adquirir las competencias digitales y audiovisuales necesarias para nuestro futuro profesional y convertirnos en creadores y no solo consumidores de la información.

El fenómeno educativo es sin duda una realidad con sus propias y diversas dimensiones; en donde importa reconocer los intentos por incidir en la enseñanza y el aprendizaje ya sea de forma social y/o individual. La determinación del modelo educativo y el modelo pedagógico, en toda institución educativa y especialmente en las Instituciones de Educación Superior constituyen, desde mi particular punto de vista, una parte fundamental para que la práctica educativa que los docentes realizan sean acciones con objetivos definidos y congruentes entre sí en las diferentes dimensiones. La incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), sin un soporte pedagógico, es sólo una actividad y una manera de estar “a la moda” en un contexto social, permeado por el avance tecnológico.

Para los universitarios la interacción online es parte de nuestras vidas casi como algo natural. La mayoría nació con internet en sus manos y sobrellevan la transformación digital a un ritmo más acelerado que las antiguas generaciones. Si algo es seguro, es que la educación digital llegó para quedarse. El desafío está en saber manejar sus constantes cambios y aprovecharlos para mejorar los modelos de enseñanza y aprendizaje.

La gente ha visto las ventajas: la diversidad, el acceso y la posibilidad de aprender. El modelo tradicional tendrá que adaptarse. Muchas organizaciones educativas van a tener que adaptar su modelo para ajustarse al comportamiento que se ha generado a partir de esta pandemia.

Referencias:

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