Ana Gloria Velasco Jiménez

Estudiante de Ingeniería Civil de la UAM Azcapotzalco

El agua es uno de elementos más importantes para poder sostener la vida en la Tierra y del cual solo un pequeño porcentaje está a la disposición para poder ser usada. Del 100% del agua que existe, solo el 3% de esta es dulce y de este porcentaje de agua dulce solo el 1.24% es de fácil acceso. Es decir, que se puede encontrar en los lagos, en el vapor de agua de la atmósfera, en la humedad del subsuelo o en los pantanos, lo cual en términos generales representa solo el 0.037% del agua total del planeta.

El mal manejo del agua en las últimas décadas ha provocado un desequilibrio en el ciclo hidrológico que se ha visto representado con inundaciones y fuertes sequías en diversas partes del mundo. Es evidente que este uso desmedido del agua no tiene una visión sostenible, en otras palabras, las necesidades que se están cubriendo para las generaciones actuales están generando que no se puedan satisfacer las de las generaciones futuras.

Ante la problemática antes planteada, en 1992 se llevó a cabo la Cumbre Ambiental de la Tierra en Río de Janeiro en donde surgió la Agenda 21, que posteriormente se apoyaría de las Metas del Milenio para verificar su cumplimiento de manera cuantitativa. Ya para el 2015 estas metas del milenio se convirtieron en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales tienen la finalidad de poner fin; a la desigualdad, a la pobreza y al cambio climático.

Dentro de estos objetivos, el número seis hace referencia al agua, en este se establece que es necesario garantizar la disponibilidad del agua y su gestión sostenible, al igual que el saneamiento para todos (Naciones Unidas, 2017). Los datos que presenta las Naciones Unidas en su portal son muy alarmantes, pues sólo 3 de cada 10 personas en el mundo tiene acceso a servicios de agua potable seguros, aproximadamente el 70% de todas las aguas extraídas de los ríos, lagos y acuíferos se utilizan para el riego, las inundaciones y otros desastres relacionados con el agua, los cuales representan el 70% de todas las muertes relacionadas con desastres naturales.

Las situaciones que se presentan en distintas partes del planeta se han vuelto muy extremistas, pues mientras en ciertos lugares como Monterrey, Guadalajara, la Ciudad de México y el Estado de México cada año sufren fuertes inundaciones, en el otro lado del mundo en lugares como la India ya han llegado al día cero, es decir, que ya no disponen de agua.

Ante los acontecimientos que cada día se vuelven más frecuentes en los lugares donde vivimos, no queda más que hacer conciencia de las causas que nos han llevado hasta estas circunstancias y poner manos a la obra para tratar de revertirlas. Esto a través de las distintas técnicas que existen para el ahorro, suministro, captación y desalojo del agua para no poner el riesgo el futuro de las siguientes generaciones.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Naciones Unidas. (s. f.). Agua y saneamiento. Recuperado 6 de agosto de 2021, de https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/waterand-sanitation/
  2. Ayuda en Acción. (2019). ODS 6: agua limpia y saneamiento. [Figura]. Recuperado de https://ayudaenaccion.org/ong/blog/derechos-humanos/ods-6-agua-limpia-saneamiento/

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