Desde la antigüedad, el ser humano ha estado en constante tránsito. Algunas personas se desplazan en busca de trabajo, de nuevas oportunidades económicas, en busca de un mejor estilo de vida, para reunirse con sus familiares o para una mejor educación. En casos más drásticos, existen personas que migran para escapar de conflictos bélicos, persecuciones, terrorismo o de violaciones o abusos de sus derechos humanos. Mientras que otros pocos lo hacen debido a efectos adversos del cambio climático, desastres naturales u otros factores ambientales.

En la actualidad, una gran cantidad de personas vive en un país distinto al que nacen. En 2017, el número de migrantes alcanzó la cifra de 258 millones, frente a los 173 millones del 2000. Sin embargo, la proporción de migrantes internacionales entre la población mundial es solo ligeramente superior a la registrada en las últimas décadas: un 3,4% en 2017, en comparación con el 2,8% de 2000 y el 2,3% de 1980.[1] Por lo que mientras muchas personas escogen voluntariamente migrar, muchas otras tienen que hacerlo por necesidad. Aproximadamente, hay 68 millones de personas desplazadas por la fuerza, entre los que se incluyen 25 millones de refugiados, 3 millones de solicitantes de asilo y más de 40 millones de desplazados internos.

La creciente complejidad de la migración internacional en México demanda la generación y sistematización de estadísticas que puedan dar cuenta de los flujos de migrantes que arriban, salen y regresan al país. Por otro lado, la política migratoria en México debe por sí velar por los derechos que atienden las necesidades de todas las personas que transitan por su territorio, y debe ser un instrumento para entablar relaciones con el país vecino del norte, el cual condiciona los intercambios políticos, económicos y hasta sociales, por el endurecimiento de controles migratorios.

Migración: un asunto de derechos humanos y respeto a las libertades  fundamentales | BBVA

Asimismo, la Unidad impulsa el levantamiento continuo de las encuestas sobre migración en las fronteras norte y sur de México (EMIF), en colaboración con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Consejo Nacional de Población, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y El Colegio de la Frontera Norte.

Las encuestas han permitido conformar un importante acervo de información estadística sobre las tendencias, magnitudes y características sociodemográficas, laborales y migratorias de los flujos México-Estados Unidos, así como de los flujos procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras hacia México o Estados Unidos. Esto ha contribuido a informar las políticas en la materia y a generar un mayor conocimiento social sobre el fenómeno migratorio que se vive día con día a las instituciones gubernamentales interesadas en el tema.

Programa Especial de Migración 2014-2018 (PEM)

Con el Programa Especial de Migración 2014-2018 se establece por primera vez en la historia de México un programa especial en materia migratoria, dentro del cual se establecieron las prioridades nacionales en el tema migratorio que se plasmándose en 5 objetivos, 26 estrategias, 195 líneas de acción y 11 indicadores, ya que México es país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. Por otro lado, el PEM 2014-2018, publicado el 30 de abril de 2013 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), siguió la metodología y está alineado con el ejercicio de planeación democrática del desarrollo nacional 2013-2018 llevado a cabo por el gobierno federal.[2] La estrategia para su atención se convierte en una plataforma y una oportunidad de convertir al fenómeno migratorio en parte activa con pleno respeto a los derechos humanos.

El PEM, es un instrumento de planeación de carácter transversal y multisectorial, que orienta y da seguimiento al cumplimiento de programas y acciones específicas en materia migratoria dentro del cual participan, directa e indirectamente, los tres órdenes de gobierno. Reconociendo el fenómeno migratorio como parte relevante de la vida nacional, además de buscar fomentar la cultura de la legalidad, de derechos humanos y de valoración de la migración. Mientras que, como parte a la atención a migrantes en el norte del país y siempre poniendo por delante los protocolos internacionales, el Gobierno de México inició un programa temporal de retorno voluntario llamado Instituto Nacional de Migración (INM), a fin de llevar a cabo el retorno para aquellas personas, que en su caso así lo soliciten a sus países de origen, el cual surge debido a que un porcentaje importante de migrantes han optado por volver voluntariamente en colaboración con otras dependencias de gobierno.

Es importante rescatar el esfuerzo que tanto el gobierno como la sociedad civil han trazado juntos a fin de promover, monitorear y evaluar la coordinación y coherencia institucional para la atención integral al fenómeno migratorio en México.

Bibliografía


[1] www.un.org. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES).

[2] https://www.gob.mx/

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