María Soledad Segura, docente e investigadora del Instituto de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), enuncia que el mundo vive la denominada “primera pandemia global de la historia”1 . En enero de 2020 la OMS declaró alerta sanitaria mundial2 y las medidas de aislamiento social se utilizaron en varios países, preventivo para algunos y obligatorio para otros.

La constante exposición a noticias y fake news por parte de la TV y las redes sociales2 y el hecho de vivir encerrados, generan sensaciones que inciden en el estado emocional de las personas, como son: malestares físicos, agresividad, depresión, preocupación, miedo, etc. Una gran parte de la cobertura noticiera tiene una tendencia sensacionalista y dramatizada, además, se valen del uso de imágenes impactantes o datos descontextualizados y contradictorios, causando confusión, desconfianza y desinformación a la población

Hay que resaltar que la mayoría de los problemas psicológicos y sociales que se han dado a raíz del confinamiento, serán reacciones normales por la falta de contacto social, así como por el cambio de rutina. Muchos de estos síntomas sé agudizarán, y podrán catalogarse como enfermedad. Los efectos, se observan de forma más evidente en las poblaciones de escasos recursos con condiciones de vida precaria y acceso limitado a los servicios sociales y de salud3. Recordemos que en México parece imposible quedarse en casa para un gran sector de la población, ya que 4 de cada 10 mexicanos viven al día4, es decir, gastan todo el dinero que disponen a diario.

Por otro lado, el confinamiento social para muchas personas se vive como la pérdida de la libertad, de modo que sus actividades “normales” se vieron modificadas por la inactividad física y la adopción de comportamientos sedentarios. Esto trae como consecuencia algunas enfermedades o padecimientos como: diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, etc. y un cambio de hábitos del sueño. Hay que agregar que la falta de un descanso adecuado durante la noche, favorece la fatiga durante el día y la agudización de las enfermedades antes mencionadas.

La actividad física (AF), según diversos estudios5, tiene un impacto importante en el sistema inmune, así como en el sistema respiratorio y, además, favorece a la disminución de niveles de estrés y de ansiedad. La adopción de la AF resulta una excelente estrategia para evitar las complicaciones del sedentarismo, como son la depresión, ansiedad, etc. que el aislamiento trajo consigo.

Esta nueva adopción debe ser sostenible a largo plazo, en conjunto con una buena alimentación, y se debe luchar para adoptar estos como hábitos que perduren en nosotros y nuestras familias. La OMS, en la guía de actividad física del Departamento de Salud6 propone algunas actividades, las cuales deberán ajustarse para realizarlas en el hogar, así como las actividades domesticas que forman parte de la AF como: lavar, cocinar, limpiar; las cuales, deberán mantenerse como auxiliares en la mejora del estado físico y mental.

En el artículo “Recomendaciones prácticas para evitar el desacondicionamiento físico durante el confinamiento por pandemia asociada a COVID-19”7, podemos encontrar algunos consejos importantes para la mejora de nuestros hábitos en este confinamiento que aún no termina. Hay que recordar, que, en el caso de la AF,  debe realizarse en función del acondicionamiento previo y del gusto personal, en el caso de ser principiante debe buscarse un experto para una asesoría.

  1. En relación a las actividades académicas y laborales: a) Disponer de un espacio tranquilo, ordenado y ventilado. b) Tener una buena postura si se hace trabajo desde el uso de algún dispositivo. c) Hacer pausas activas cada 30 o 60 minutos de aproximadamente 3 y 5 minutos de duración.
  2. Incremento de actividad física y disminución del sedentarismo: a) Realización de AF, mínimo 60 minutos diarios para niños y adolescentes y 150 minutos semanales para mayores de 18 años. b) Buscar programas en línea o asíncronos para seguir una rutina (dependiendo del nivel de entrenamiento previo para evitar lesiones). c) Participar en las actividades del hogar. Puedes utilizar elementos del hogar como pesas (asegurándose que sean objetos seguros). d) Hidratarse constantemente, preferiblemente con agua.
  3. A nivel nutricional: a) Disminuir el consumo de harinas y grasas e incrementar el consumo de frutas y verduras. b)  Evitar el consumo de alimentos procesados y comidas rápidas. c) Disminuir el consumo de sal y azúcar. d) Preferir alimentos cocidos y preparados al vapor. d) Beber al menos 1,8 litros de agua como fuente de hidratación.
  4. A nivel mental: a) Incluir programas de meditación y relajación online . b) Juegos de memoria o concentración para incluir a la familia. c) Programar tiempos de descanso en la noche (entre 7 y 8 horas), manteniendo distantes equipos electrónicos. d) Si se necesita consultar información sobre COVID-19 , debe ser desde fuentes oficiales y no de forma constante. e) Planear actividades online con familiares y amigos para distraerse o dar y recibir apoyo emocional. f) Estar atento a las señales de estrés, para así implementar estrategias para combatirlas, o en el caso de síntomas más complejos buscar ayuda psicológica.

El confinamiento sin duda ha cambiado nuestras vidas, nuevos hábitos y nuevas formas de relaciones: laborales, educativas y familiares. Aun no sabemos qué pasará y si pasará, lo que si sabemos es que muchos de estos nuevos hábitos están dejando estragos en nuestra sociedad, y está en nuestras manos poder mejorar el rumbo de nuestra vida y de la sociedad, al menos en lo que respecta a lo físico y mental.

Una buena alimentación en conjunto con la AF pueden hacer que nuestro estado de ánimo mejore y sin duda , puede hacer lo mismo con nuestro cuerpo.

 ¡MUÉVETE EN CASA!

1Segura MS. Con alerta, pero sin pánico. El rol de los medios durante la pandemia. Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba 2020. Disponible en: Disponible en: http://revistas.unc.edu.ar/index.php/med/article/view/28066/29334 

2Organización Mundial de la Salud (OMS). Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 11 de marzo de 2020.  Disponible en: https://www.who.int/es/dg/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19—11-march-2020

3Organización Panamericana de la Salud. Protección de la salud mental en situaciones de epidemias [Internet]. Washington DC: Organización Panamericana de la Salud; 2009. Disponible en: http://www.paho.org/hq/dmdocuments/2009/Pandemia%20de%20influenza%20y%20Salud%20mental%20Esp.pdf

4Valverde Rebollo, Gabriela M. “Quédate en casa y la pobreza en el territorio mexicano” Fundación para el Desarrollo Geográfico Red de Tesistas en Geografía Humana. Publicado 30 de abril de 2020. Disponible en: https://0201.nccdn.net/4_2/000/000/04b/787/Publicacion1.pdf

5Organización Mundial de la Salud (OMS). Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud [Internet]. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/44441/9789243599977_spa.pdf

 6Organización Mundial de la Salud (OMS). Recomendaciones mundiales sobre la actividad física para la salud [Internet]. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/44441/9789243599977_spa.pdf

7Mera MamiánA. Y., Muñoz Rodríguez D. I.,Tabares Gonzalez E., Monsalve Vélez F. Montoya Gonzalez S. “Recomendaciones prácticas para evitar el desacondicionamiento físico durante el confinamiento por pandemia asociada a COVID-19” Revista Universidad y Salud. Disponible en: https://revistas.udenar.edu.co/index.php/usalud/article/download/5283/6284?inline=1

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