En la primera parte de este artículo, expuse las medidas que se han tomado a nivel gubernamental para la búsqueda de soluciones ante la obesidad y sus consecuencias, así como la influencia del marketing en el consumo de comida “chatarra”.
Con todo esto, se puede decir, que teóricamente el individuo tiene la posibilidad de hacer una elección, de poder elegir entre la enfermedad o la salud, o entre un alimento de calidad o un alimento basura. No obstante, las diferencias sociales, económicas y educativas, pueden limitar estas posibilidades de información, pues la falta de conocimiento puede limitar la capacidad de poder decidir de forma adecuada.
Habría que recordar que la dinámica social ha tenido grandes cambios en las últimas décadas, incidiendo de forma directa en la familia o el espacio personal, lo cual, ha provocado modificaciones en la dieta y en el estilo de vida1. El punto central de este artículo es visibilizar la otra cara de la “decisión propia” que, en el caso de los niños, mas que “propia”, sería: heredada o impuesta por el entorno social, económico y geográfico. Pues, ¿son los niños quiénes hacen las compras del mes?
Dinámica familiar
El papel que juega la familia en las dietas o modos de alimentación es crucial, pues es ahí donde se tejen las costumbres y hábitos alimenticios. Pues, si bien en la infancia es donde se imitan las preferencias alimentarias, hay que tomar en cuenta que la evolución de estas preferencias se ven modificadas por los cambios que se dan en su contexto social2.
El ámbito laboral donde se desenvuelve la familia es, por partida doble, un factor detonante para los malos hábitos alimenticios. Pues, por un lado tenemos las largas jornadas laborales y con ellas los tiempos de traslados largos (que según los resultados de la encuesta Origen-Destino en la Zona Metropolitana del Valle de México, el 30% de los entrevistados tardan entre 30 minutos y una hora al regreso del hogar, y un 27.4 % puede tardar hasta dos horas en regresar del trabajo3). Por otro lado, el sector laboral al que se pertenece tiene un impacto en las horas fuera del hogar, pues, según los indicadores de ocupación y empleo del 2019, el 56.9 % de los mexicanos se encuentra laborando en el sector informal4, la mayoría de ellos dedicados al sector servicios.
Estas cifras podemos verlas reflejadas en la falta de tiempo para la preparación de alimentos. Hay menor actividad en las labores domésticas y, por ende, menos gasto calórico, más comidas fuera de casa, menor conocimiento de lo que se ingiere y, por lo tanto, un alto consumo de calorías. Todo esto en conjunto con la situación económica y la crisis actual por la que estamos pasando debido a la pandemia, lo cual afecta más a las capas sociales con menor poder adquisitivo.
Los niños y su adaptación
Según, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2018)5, las zonas urbanas tienen un mayor porcentaje de niños y adolescentes con obesidad y sobrepeso, en comparación con las localidades rurales. Y aunque estas brechas han ido disminuyendo, en los últimos años la presencia de la obesidad y el sobrepeso ha ido incrementando en los hogares más pobres6.
Con todos estos cambios dentro del núcleo familiar (y ahora el encierro), los medios digitales se han integrado a nuestra dinámica educativa y laboral de una manera formal. Para muchas familias mexicanas (antes del COVID-19), los dispositivos electrónicos tenían la función de distraer y de “acompañar” a los niños en la espera de la llegada de algún familiar a casa. Y es para algunos, la mejor opción buscando no salir a la calle, ya que la inseguridad en todo el país se incrementó en las últimas décadas, pues salir a jugar a la calle es impensable y menos sin un adulto que pueda supervisar.
Ahora, los dispositivos son parte de la educación de los niños mexicanos, parte de su día a día. Esta dinámica implica agregar más horas diarias a la inactividad física y al consumo de comida alta en azucares, grasas y sal. Con todos estos cambios, lo único que pueden hacer los niños es adaptarse a la situación (económica, de espacio y de tiempo de los tutores o familiares). Es necesario poner atención en ello, pues, en el núcleo familiar es donde se inician los rasgos mas importantes para la interacción de la vida en comunidad y se adquieren la mayoría de los hábitos y costumbres, que sin duda estimulan o frenan el desarrollo según sea el caso.
El reto
Los niños, además de adaptarse su entorno, tienen retos mas desafiantes en la sociedad, pues la obesidad, a parte de causar graves daños físicos y de salud, lleva consigo problemas psicológicos de los que casi nadie habla (depresión, insatisfacción corporal, baja autoestima, etc.) a los que se enfrentan a diario.
La obesidad, como ya expuse, no tiene una sola causa, existen una serie de factores complejos que inciden para que esta siga tomando fuerza. Esto precisa distintas miradas y puntos de vista; políticos, culturales, sociales y por supuesto económicos.
Es necesario tener una perspectiva integradora, que pueda abarcar el mayor numero de factores que hacen de la obesidad, el pan de cada día en México. También debemos comprender que los etiquetados por sí solos no frenaran al sobrepeso y la la obesidad, hay que dotar de las herramientas necesarias a la población para que se pueda tener acceso de forma equitativa a la salud, a la vivienda, al trabajo y a la educación.
Referencias
1Nutrición clínica y dietética hospitalaria. (2014) . ”Aspectos sociales y culturales sobre la obesidad: reflexiones necesarias desde la salud pública” Disponible en: https://revista.nutricion.org/PDF/ASPECTOS-SOCIALES.pdf
2 M. García, J. Pardío, P. Arroyo y V. Fernández .Estudios sobre las Culturas Contemporáneas. (2008) “DINÁMICA FAMILIAR y su relación con hábitos alimentarios”. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/316/31602702.pdf
3 INEGI (2017) Resultados de la encuesta Origen-Destino en la Zona Metropolitana del Valle de México.(2017) Disponible en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/eod/2017/doc/resultados_eod_2017.pdf
4 INEGI (2019) Resultados de la encuesta nacional de ocupación y empleo. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2019/enoe_ie/enoe_ie2019_05.pdf
5 INEGI (2018) Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018. Disponible en: https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/doctos/informes/ensanut_2018_presentacion_resultados.pdf
6 Teresa Shamah-Levy T, Lucía Cuevas-Nasu, Elsa Berenice Gaona-Pineda, Luz María Gómez-Acosta, Ma. del Carmen Morales-Ruán, Mauricio Hernández-Ávila, Juan Ángel Rivera-Dommarco. (2016 ) ”Sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes en México, actualización de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino”. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/salpubmex/sal-2018/sal183e.pdf
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